Tal vez en una brumosa mañana en que Safo admiraba el mar que circunda Lesbos, que cercena la isla con espada de huracanes, tal vez, digo, el estímulo del canto popular aprendido cuando niña, unido al vuelo sedoso y seguro de unas golondrinas, o al canto plácido y embriagador de los ruiseñores, vinieron a forjar una nueva expresión en la mente o la voz de la cantautora.
sábado, 25 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
III, 29. Heraldo de la primavera
La golondrina, ave-nuncio por excelencia; alado anuncio. Decíamos ayer. De un tal Simónides de Ceos, signo de la historia de la poesía o —tanto monta y tanto da— cantor griego nacido parece que allá por el 556 a. C., trae la Antología de García Gual este regalo:
miércoles, 8 de mayo de 2013
IV, 12. El viejo, la niña y Pilar Rahola
A ver, solo / sola para que yo / ya me entere. ¿Hay que seguir escribiendo con exquisitas barritas diagonales que nos hagan aparecer como políticamente correctos / correctas, o la censura / censuro de escritura / escrituro tan plasta / plasto se ha terminado / terminada? Censura que ampara el pensamiento primitivo de que las palabras son las cosas; en este caso, que el género gramatical es el sexo. A ver si nos lo curramos un poquito antes de la próxima prohibición: apañados iríamos buscando placer con una –a y con una –o.
sábado, 4 de mayo de 2013
X, 6. Palabras para el pueblo
Montañeses, montaraces y ultramontanos. Quién sabe quién leerá a quien redacta. Jubilados, maduros y barbilampiños. Como para seguir creyendo quien escribe que selecciona a sus lectores. Medianos y menguados, castaños y morenos. ¿Quién pasará sus ojos verdes o marrones por estas líneas?