El modernista
Menéndez Pidal (= MP) fue afamado coautor de obras compuestas en la bruma de los tiempos medios. En 1914, avisado por un
bibliófilo Sánchez, describió cierto manuscrito del siglo XV, tan pequeño (63 x 65 mm. las hojillas mayores) que es
para verlo; sí se puede: en la Biblioteca Digital Hispánica, pues desde 2017 para en la
UVI restauradora (signatura RES/291) de la Nacional, que lo compró a una Casa
de Alba cercada de dispendios y la plebeya Hacienda que somos casi todos. Las
incompletas 25 hojas de ese «librillo destinado a la faltriquera del
juglar», copian un poema compuesto cien años antes, tal que en trozos de
servilletas de la taberna y al modo de Twitter: «unos 240 caracteres por
página de unas ocho líneas cada una» (Pérez Priego 2017).
domingo, 29 de diciembre de 2019
viernes, 27 de diciembre de 2019
X, 27. Perros pintados («Literaventuras», I): una celebración
El próximo 6 de enero cumple ocho años este blog,
que me regalé por Reyes. Para ir celebrándolo, indexaré aquí algunas series de Literaventuras.
Empezando, parece natural, por la I, A su can se acerca una muchacha,
que conjunta reflexiones, écfrasis y otras relaciones sobre la
escena prototípica y sus derivados que, con su no sé qué de enigmática, en la
pintura hace compañeros a mujer y perro. Se incorporan asimismo textos literarios (por supuesto, de temática sexual) relativos al asunto.
domingo, 22 de diciembre de 2019
XIII, 1. Capítulos de literatura sexual española
Supongamos que otra historia sea posible. Una en que las
categorías que usaron los respectivos autores y sus lectores u oidores
contemporáneos, fueran las empleadas por el historiador literario, que las fue
hallando en los saltos del viaje en el tiempo que exige, sin prejuicios, el
estudio de lo pretérito. Y una historia, además, que tuviera conciencia de que
el pasado es el parto de los sucesivos futuros, de modo que vinculara entre sí
los textos con que se fuera topando por los meandros de un río que sólo fue
rectilíneo en la imaginación decimonónica. Que reprodujera, pues, las condiciones
de compañía discursiva que cumplen las operaciones comunicativas humanas: hipervinculándolas,
quizá.
domingo, 6 de octubre de 2019
I, 25. Lenguaraces perrillos de compañía
«Asimismo, pensarían que no quince días de unas
vacaciones […] en acabarlo me detuviese, como es lo cierto; pero aun más tiempo
y menos acepto»: en este alto ejemplo de «El autor a un su amigo» con que se
abre Celestina, aproveché otras vacaciones, las del pasado y efímero mes de agosto
—cálido y más corto que el gélido febrero—, para terminar de escribir un
libro sobre literatura sexual española. Por celebrarlo, añado ahora un nuevo
capitulillo a la serie I de Literaventuras, «A su can se acerca una
muchacha», con que inauguré
este blog.
domingo, 30 de junio de 2019
X, 26. «Laudatio» de nuevos doctores y doctoras
Excelentísimo
Sr. Rector Magnífico
Autoridades
Queridas
compañeras, queridos compañeros
Estimados
nuevos doctores y doctoras por la Universidad de Málaga
Señoras
y señores
domingo, 21 de abril de 2019
XII, 1. Una historia cuántica o cubista de la literatura
En
el origen de la intriga, la ignorancia. Por eso, dadas mis múltiples lagunas —que
van de la Física a la Teología—, me desconcierta aquella anécdota de Einstein y
«el más íntimo de sus amigos», el científico Michele Besso, que «al final de su
vida se mostró preocupado cada vez con más intensidad por la filosofía, la
literatura, todo aquello que teje el significado de la existencia humana», y
por eso inquirió sin descanso a Einstein sobre la irreversibilidad, asunto que éste
zanjó afirmando que «la irreversibilidad no es más que una ilusión, suscitada
por condiciones iniciales improbables». Más intrigante me resulta desde siempre
—¿desde siempre?— otra de sus observaciones,
redactada con motivo de la muerte de Besso: «Para
nosotros, físicos convencidos, la diferencia entre pasado y futuro no es más
que una ilusión, aunque sea tenaz» (C. Mataix, «Ilya Prigogine: tan
sólo una ilusión», A Parte Rei. Revista de Filosofía, 28
[2003], pp. 1-5).
domingo, 7 de abril de 2019
X, 25. Una «laudatio»
Aquella tarde del 31 de enero de 2019
acababa de aterrizar en el aeropuerto, volviendo de Ecuador. Con no
pocas horas de vuelos y conexiones, cierto cansancio y el afán de cumplir con
la tarea encomendada, pronuncié la siguiente laudatio de los nuevos doctores de mi Universidad: