Siguiendo
las andanzas de su dura jornada, el
clérigo va «luego a la iglesia» (Libro del Arcipreste de Hita, 380) a «le dezir tu razón» a la mujer, por lo que desea que se esté celebrando «la misa de novios», expresión con «alusiones
sexuales» que cuadra además con que había «clérigos casados» (Simonatti 2008:
109). Y mejor que la ceremonia sea breve, «sin gloria e sin son»: sin el canto del Gloria in excelsis Deo («Gloria
a Dios en las alturas») ni «música»,
para «ir al grano» (Morros
2004: 398-400). Grano cobrado cuando,
al finalizar la misa, llegaba la hora sexta (381):
domingo, 12 de enero de 2020
martes, 7 de enero de 2020
XIII, 3. Las Horas por el forro de la parodia (maitines-tercia)
Indesligables
resultan las historias (o cambios) de la literatura sexual europea y de la
Iglesia. En un magnífico libro, Simonatti mostró que la clerecía de los siglos
XII-XIII, cuya heterógenea Iglesia mantenía reminiscencias paganas, practicó la
intromisión de lo
carnavalesco en la exégesis canónica de los textos
sagrados y en los contrafacta lúdicos
y báquicos de los goliardos y sus misas jocosas, así como la comicidad
y la liturgia burlesca de la Libertas Decembrica (2008: 16-19), abuela
del carnaval.
sábado, 4 de enero de 2020
X, 28. Unos relatos inverosímiles
Para seguir celebrando el
octavo aniversario de Literaventuras, agrupo aquí estos relatos
inverosímiles, que ponen a prueba las reflexiones de la Poética occidental sobre
lo inverosímil, que al parecer fuese lo que, pudiendo pasar, no ha pasado, si
bien en ocasiones lo real resulta inverosímil, y lo verosímil, aunque
necesario, pudiera ser imposible. Juzguen ustedes. Y si el anterior galimatías
no bastara, pásese lo ocurrido por el tamiz del esperpento, de la astracanada, del
tremendismo o de cualquier otra perspectiva artística con que los escritores han
tratado de vencer su pasmo ante lo que estaban presenciando. Porque no hay
mayor espectáculo que este mundo nuestro.