lunes, 30 de marzo de 2015

X, 20. Índices, 37-39 (enero-marzo 2015)

El espejo de cuanto anda por aquí escrito son estas 21100 visitas procedentes de 74 países[1]. El bloguero propone y el lector dispone. Tampoco eso ha cambiado. Salud y vale.

lunes, 23 de marzo de 2015

V, 19. El español en bragas (y 3)


Para Geles, que me regaló un poema
menos extraterritorial que extraordinario

No menos ajena a los hechos que la ecuación lengua = cultura es otra identificación: a una sociedad corresponde una lengua. Interferencia que lleva a la definición de La Mancha Extraterritorial como el conjunto de «quienes eligieron el español como lengua literaria» viniendo de otros idiomas. Entre otros, al parecer, Arguedas o «el guineano Donato Ndongo-Bidyogo». ¿Pero cuál creerá Iwasaki que es la lengua materna de los ecuatoguineanos? Hacia atrás, podría haberse incluido en la lista a los portugueses Jorge de Montemayor o Manuel de Faria e Sousa; a la inversa, al abate Marchena. Quiero decir que es sencillo multiplicar los ejemplos: fuera de la geografía fantástica del Romanticismo y sus prejuicios nacionalistas, apenas hay un territorio en el mundo manchego donde a una sociedad no corresponda más de una lengua. Y qué decir de cuando los escritores viajan más allá de sus bibliotecas y se empadronan junto a ajenas estanterías.

sábado, 14 de marzo de 2015

IX, 26. Ritmos milenarios del Tiempo

Enfrente siempre, la serpiente. Los viejos textos cosmogónicos la mientan de continuo. También a la hora sin horas de ansiar la inmortalidad. Gaster adujo el vocablo griego y latino senecta, que tanto vale por ‘vejez’ como por ‘cambio de piel de una serpiente’, y recordó asimismo un dicho del italiano moderno: «Ser más viejo que una serpiente», que sintetiza ambos significados. Y Frazer constata que muchas culturas alimentan la creencia de «que con el cambio anual de piel las serpientes y otros animales renuevan su juventud y son inmortales».

domingo, 8 de marzo de 2015

V, 18. El español en bragas (2)


Para Pep Alagarda,
otro partidario de la lógica implacable


Adepto a la ecuación reductora lengua = cultura, ese extrañísimo legado del Romanticismo, Iwasaki queda prisionero de su propio corralito de contradicciones. Pronto, la ecuación dicta su axioma máximo: «La importancia de una lengua no radica en el número de sus hablantes». De lo contrario, «el chino y el hindi serían los idiomas más importantes del planeta. La aritmética no debería tener la última palabra en materia cultural». Quiebro cumplido: el argumento empieza por la lengua y termina por la cultura. En ese trayecto, la lógica salta por los aires. Por ejemplo: si el chino no es uno de los idiomas principales del planeta, ¿por qué cada vez más gentes, desde todos los rincones del susodicho planeta, se empeñan en aprenderlo? Ah, sí: por la milenaria cultura que atesora el juego estético de sus fonemas.