Permítanme
la hipérbole: se ha puesto de moda, al fin, Pedro Salinas. Vienen leyéndolo
ahora los poetas como lo que siempre fue, uno de los mejores del Veintisiete (o,
según Carlos
Marzal, como «una de las cristalizaciones literarias del 27 que mejor
soporta, en su totalidad, el paso del tiempo»), y van los marquetineros inspirándose
por doquier en unos versos suyos, «Es
que quiero sacar / de ti tu mejor tú», para anunciar señeros liderazgos, educaciones
superiores, tierras de promisión o al menos de promoción turística. Algún
crítico del próximo futuro se sentirá movido a justificar este incremento de la
recepción saliniana. Para ese estudio de la publicitaria voz a ti debida, Salinas, vaya aquí un hilo del que tirar.