miércoles, 8 de agosto de 2018

IX, 51. IAG 1.2



«[…] porque la máquina del mundo es harto
compleja para la simplicidad de los hombres»
(Borges, El hacedor, p. 68)

Un texto parafraseado se metaforsea en el referente (la realidad a la que se apunta) de sus respectivas paráfrasis. Cuando prosifican el poema de Góngora, sus comentaristas pretenden aclararlo: vierten entonces su música coral y poliédrica en modestas y pálidas líneas de sintaxis simple. Revisemos este procedimiento en algunas paráfrasis de las 74 palabras del pasaje (Soledades, I, 62-76) sobre el que vamos tratando.
En «Soledades» de D. Lvis de Góngora, Comentadas por D. Garcia de Salzedo Coronel […], Madrid, Imprenta Real, 1636, ff. 27r, 28v, 29r y 30r, queda así prosificado el fragmento:

Pide el jouen a los rayos de la luz que via, le sean fauorables, terminando sus desdichas, aunque no fuessen el Castor y Polux que anunciauan la bonança a los marineros, segun la supersticion antigua, y rezelando que le escondiesse su resplandor la espessura de los arboles de aquella montaña, ò conjurados contra el los vientos apagasen su lumbre, solicitaua diligente acercarse a ella […]. De la misma suerte que el villano caminando por la aspereza del monte, con la facilidad que por la llana campaña […]. Sigue atentamente aquella piedra […]. Hermosa aun a pesar de la noche, que la quisiera afear entre sus horrores […]. Clara a pesar de las estrellas, que pretenden en vano deslucirla con sus resplandores […]. Que sirue de Corona indigna, ò Tiara […], animal tenebroso, sino [sic] miente la tradición escondida, ò sin autoridad que lo propone. […] Cuya frente carro es brillante de tinieblas resplandecientes, de noche que parece dia, por la claridad de la piedra que trae en ella.

Góngora y su música, pues, desaparecen. Ocupa su lugar el proceso mental que, por ejemplo, viaja desde ya que no de Leda / trémulos hijos hasta «aunque no fuesen el Cástor y Pólux que anunciaban la bonanza a los marineros, según la superstición antigua». Sólo ha quedado el no. En contraste, las siete palabras que en dos versos distribuyó el poeta, se han doblado. Incremento semejante al que transforma cuando / de vientos no conjuración alguna, en «o conjurados contra él los vientos apagasen su lumbre». Asimismo, tradición apócrifa se convierte en «tradición escondida o sin autoridad que lo propone»: una versión que, en cuanto conceptista, presenta dos significados simultáneos. Natural que Salcedo se alargue.
Sin embargo, jibariza el sed de mi fortuna / término luminoso, que Góngora expresaba en primera persona, en un «le sean favorables» formulado en tercera. Pasaje en que Robert Jammes sintió necesario aclarar la voz fortuna, y por eso la trasladó en «naufragio», mientras respetaba más que Salcedo la expresión sintáctica gongorina: «sed término luminoso de mi naufragio». Éste es el fragmento completo de Jammes:

Invocando aquella luz lejana, le dice: «Oh rayos, ya que no seáis trémulos hijos de Leda, sed término luminoso de mi naufragio.» Y temiendo la interposición de alguna envidiosa y bárbara arboleda, o alguna conjuración de vientos que apagaría su lumbre, de la misma manera que el villano, corriendo por la aspereza del monte con la misma facilidad que si lo hiciera por una llanura, sigue atentamente aquella piedra —hermosa aun entre los horrores de la noche, clara aun en competencia con las estrellas— que sirve de corona indigna a un animal tenebroso (si no miente la tradición mal autorizada que lo refiere) cuya frente es carro brillante de un sol nocturno […]. (ed. 1994, pp. 211, 213 y 215)

Así que tiende también Jammes a expandir el número de palabras de Góngora. Por lo que vierte, casi como Salcedo Coronel, en «o alguna conjuración de vientos que apagaría su lumbre» el cuando / de vientos no conjuración alguna del modelo, mientras que de tradición apócrifa ofrece la variante «la tradición mal autorizada que lo refiere».
Con todo, se pone de perfil ante ya que no de Leda / trémulos hijos: «ya que no seáis trémulos hijos de Leda», aclara. Actitud generalizada por Antonio Carreira (L. de Góngora, Antología poética […], 2ª ed., Madrid, Castalia, 1987, p. 247), que opta por la extrema concisión:

Les dice: «Rayos, ya que no trémulos hijos de Leda, sed término luminoso de mi fortuna.» Y recelando interposición de invidiosa arboleda bárbara, cuando no alguna conjuración de vientos, cual el villano, haciendo fácil llano la fragosa montaña, sigue atento aquella piedra (bella aun a pesar de las tinieblas, clara aun a pesar de las estrellas), tiara indigna, si no miente tradición apócrifa, de animal tenebroso cuya frente es carro brillante de nocturno día.

Como los cosmógrafos de Borges, que «levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él» («Del rigor en la ciencia»[1]), Carreira alza en prosa, para el fragmento de la silva de Góngora, un mapa de escala 1:1, incluso con su mismo número de palabras. Del siguiente tenor son sus soluciones: el trance, si no tranco, ya que no de Leda / trémulos hijos es traducido por «ya que no trémulos hijos de Leda»; sed de mi fortuna / término luminoso, pasa a ser «sed término luminoso de mi fortuna»; y si cuando / de vientos no conjuración alguna se transforma en «cuando no alguna conjuración de vientos», resulta que tradición apócrifa significa ahora «tradición apócrifa». Soluciones, ya que no clarificadoras, claras. En la versión de Carreira, la sintaxis de Soledades resulta de lo más transparente. Un bálsamo, si no placebo, que tranquiliza al lector. Éste puede ya leer a Góngora en prosa, aunque salga sin entenderlo. Una paráfrasis con parálisis.
Recapitulemos. Las 74 palabras de Soledades, I, 62-76, delimitan al 100% un modelo que ofrecía una realidad complicada a sus comentadores. Hemos visto a tres de ellos despojar de música métrica al pasaje y desajustarlo en mayor o menor medida, pues que pretendían descifrar su mensaje. He aquí la resultante gradación general de desajuste:

Texto
Número de palabras
Porcentaje
Góngora
74
100%
Carreira
74
100%
Jammes
112
151%
Salcedo Coronel
160
216%

Allanar o explayar el pasaje gongorino —aquí, la máquina del mundo— implica reducir su complejidad. Operación que consume una energía (léxica) que permite, a las paráfrasis en verdad aclaradoras, ocupar una superficie lingüística superior a la original: 1,5 veces mayor en Jammes; 2,1 veces, en Salcedo Coronel. La paradoja de reducir ampliando —subespecie de la que osa unir concisión y precisión— cuenta asimismo, por supuesto, con explicación.
Que fue cifrada en la TLB o Teoría lingüística del bonobús.

[1] Sobre el cuento de Borges (El hacedor [1960], Madrid, Alianza, 19804, pp. 143-144) trata, desde su fuente ficticia y Carroll, y llegando a Google Maps, el no menos breve texto de la matemática M. Macho Stadler, «La escala perfecta», Cuaderno de Cultura Científica, 13-5-2015.


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