Para Marisa Solo
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(15 de abril de 2015)
En
el mediateatrillo diario de los rigurosos comunicadores y los sabios creadores
de opinión, no era infrecuente que las papelas progresistas coincidieran con
las conservadoras. O al revés. Cierto día, un suponer, en que Felipe VI visitó
las instituciones del Sacro Imperio Romano Germánico, y los procuradores hispanos
del Parlamento confederal europeo le hicieron los honores. Los que todo lo
miraban notaron y cronificaron que el aguerrido o pacífico Pablo Iglesias,
excusándose por «saltarse el protocolo», donó entonces al Rey unos anillos
mágicos, o deuvedés, que contenían incrustados los cromos móviles de «la
popular serie Juego de Tronos». El
Imperio confederal, las monarquías, la vieja costumbre de regalar libros —ora electrónicos
ora miniados manuscritos— a los monarcas… Así como muy enraizado todo en esta
prolongada Edad Media: