sábado, 6 de mayo de 2017

IV, 20. Despistes de los viejos lexicógrafos

La construcción de un relato histórico requiere un mecanismo que combine hechos acaecidos y conjeturas en una secuencia precisa. Cuantos más datos se hallen disponibles, más cerca estaremos de ajustar la máquina del tiempo a la que debería aspirar la historiografía. En esa tarea, los constructores del relato más alejados de los sucesos no sólo cuentan con las conclusiones de sus antecesores, sino que, paradójicamente, pueden disponer de una información mayor que quienes estuvieron más próximos a los hechos. Vamos, que no hay que temer a los memoriones electrónicos y sus big data.
Los primeros diccionarios detectaron en raza la acepción [1.1], ‘linaje, estirpe’, sólo a partir de 1601; sin embargo, mejor que los viejos lexicógrafos sabemos que su uso, nada infrecuente, se remontaba por lo menos a casi tres siglos antes:

[1.1a] «Escusa camjnos e caça. / Desto sale muy grand raça: / juegos, tabernas e plaça / en las fiestas» (Pedro de Veragüe, Doctrina de la discripción o Tractado de la doctrina, h. 1350).
[1.1b] «Para en plaça muy gran raça / te ponen los dezidores; / non de baça mas de taça, / usas mucho a tus sabores» (Alfonso de Villasandino, 1379-antes de 1425, en Cancionero de Baena).
[1.1c] «pues al hidalgo syn raça / nin al sabio más prudente / en este siglo presente / syn dineros ciertamente / no le dan pan en la plaça» (Gómez Manrique, Cancionero, 1450-h. 1480).

En [1.1a] me parece que la voz se emplea con ironía: el moralizador Veragüe desaconseja la vida mundana, que menuda raza que da, la de la perdición del juego, la taberna y la plaza; lugar este último de mala fama en que, para rondar por allí, mucho linaje atribuyen a la mujer a la que en [1.1b] se dirige —seguramente también de modo irónico— Villasandino, que fue poeta de muy mala baba. Si ambos hechos de habla no fueron irónicos, podríamos estar ante dos casos de conceptismo: el uso simultáneo de las acepciones [1.1], ‘linaje’, y [2.4.1.], ‘tacha’, en un solo contexto sintáctico. Que es lo que creo que ocurre en [1.1c]. Por el contrario, el siguiente registro, más tardío, es de sentido unívoco:

[1.1d] «et los moros deuen tener mayor enemiga con el conde mi señor et conmigo que con vos, de quien muy buenas obras han Rescebido, et avn allende los demás ya dichos caualleros desta raza que biuen en la çibdad de alcalá et otros continuos della» (Diego Fernández de Córdoba, «Carta a Alfonso de Aguilar», 1470).

Hay otro significado de raza que tampoco fijaron los viejos diccionarios. En nuestro glosario histórico debemos, por tanto, añadir ahora la acepción [1.2], ‘grupo biológico’, que, relacionada con [1.1], se refería en el siglo XV, exclusivamente, a [1.2.1], ‘linaje equino’:

[1.2.1a] «oy día se hallan cauallos saluajes de aquella raça en los montes de Teayo, de Miranda y de Bujá» (Juan Rodríguez del Padrón, Siervo libre de amor, 1440).

Por último, y en relación semántica con [2.4.1], ‘fallo, tacha, defecto’, el uso registra otra acepción, aunque tampoco lo hicieran los glosarios iniciales. Se trata de [2.3], ‘grieta en el casco de los caballos’:

[2.3a] «Fazese a los cavallos una malautia [= enfermedad] quel dizen raça. Et fazese de sequedat de la unna & fazese de correr por carrera tiesta o por pedregosa, otrossi fazese por aguadura o desainadura» (Anónimo, Libro de los caballos, h. 1275).

En cuanto al significado [3], ‘cepa, raíz’, sostenido por López Tamarid en 1585, no ha dejado rastro, por lo que debe darse por hipotético y no verificado (*).
De modo que el esquema del que partían los diccionarios de los siglos XV-XVII consultados, debe rehacerse (y reordenarse), atendiendo al uso de raza en los siglos XIII-XV y a sus documentaciones más antiguas:

[2.3] raza: grieta en el casco de los caballos (h. 1275).
[2.4] raza: tacha, defecto (aplicado a paños, h. 1330).
[2.4.1] raza: tacha, defecto (aplicado a personas, antes de 1409).

[2.2] raza (cultismo, 1481-1496): rayo de luz procedente de un astro (sol o luna).

[1.1] raza: linaje, estirpe (aplicado a grupos humanos, h. 1350 o 1470).
[1.2] raza: grupo biológico (aplicado a caballos, 1440).

* [3] raza: cepa, raíz (no documentado en el uso).

El esquema resultante es más complejo que el actual y que el postulado antes de que revisáramos los registros de uso idiomático en los siglos XI-XV. La complejidad suele ser la consecuencia de imbricar la hipótesis de partida (en este caso, la de los viejos lexicógrafos) con los hechos, que en asuntos de lengua trazan un collar de usos engarzados por la historia: la machadiana palabra en el tiempo. Pero como juego implicado en la ya mentada (y paradójica) ley del cambio permanente, resulta que a la complejidad acompaña la simplificación, o tendencia al Uno: de los significados principales de raza —descartado ya [3], no documentado—, sobresalen dos: [2.4] ‘tacha, fallo, defecto’, y el que según Rosal (h. 1601) procedería de éste, [1.1] ‘linaje, estirpe’. Que terminaría por imponerse. Aún nos faltan, empero, algunos capítulos de esta historia para alcanzar tal conclusión.
Lógica o cronológica.


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