La Biblioteca Nacional de España cometió en su día el exceso de considerarme experto. Que me incluyó en un programa suyo de mejora
y me envió un cuestionario. Por algún sitio andarán las preguntas y mis
respuestas, de las que recuerdo ahora esta: la digitalización masiva de
sus fondos. La Red va aboliendo distancias, y eso hay que aprovecharlo en el
estudio, supongo que razoné, sobre poco más o menos. Debimos de ser varios los
que, consultados, coincidimos. Y como no es frecuente, lo subrayo: fuimos
atendidos. Ahí van desde el 2008, y en crecimiento constante, la Biblioteca
Digital Hispánica o la Hemeroteca
Digital.
sábado, 26 de abril de 2014
viernes, 18 de abril de 2014
III, 47. Del rigor de las fuentes (o que así me lo contaron)
Para José
María P. H., compañero
en tiempos
estudiantiles ya brumosos,
que me dio la
pista del texto de Tigre Juan.
A
la luz del principio que regía aún en borrosos tiempos medievales, que lo
escrito es lo verdadero, es posible reconstruir el proceso que pudo haber
conducido al pasaje estraboniano sobre la
covada. En 1945 anotaba García
y Bellido que ciertos escritores clásicos adjudicaron dicha práctica a
cántabros, corsos y aquel pueblo que dormitaba en la región asiática del Ponto, los
tibarenios. Y luego sitúa la supuesta costumbre, diz que vigente en su actualidad,
en la cornisa cantábrica, corroborando las líneas de la Geografía de Estrabón. Sin embargo, García y Bellido no remite a
textos o documentos, ni aduce prueba alguna. De modo que omite —tal que un
poeta— los detalles a que alude en su anotación, y hasta las fuentes clásicas.
(Que, conviene subrayarlo con un paréntesis y varias pausas, eran además eso
que ahora llamamos literarias.)
martes, 15 de abril de 2014
XI, 3. En el día de ayer
Fue un Catorce de Abril. Como el de ayer, un día y
un notición. Alterando la sangre por doquier, de entre las nieves y los fríos alumbró la primavera la Segunda República Española. A duras penas brotando,
abriéndose paso por la maleza inerte e injusta del cainismo atroz, del
cantonalismo gallináceo, del caciquismo egoísta, la espléndida flor de la
República ciudadana: respetuosa, laica, democrática. Un regalo. Y otra
oportunidad desperdiciada.
sábado, 12 de abril de 2014
III, 46. Del poder de la ciencia poética
La
palabra escrita es garantía de perdurabilidad. El axioma viene desde la
Antigüedad, que ya es trayecto. Con la escritura pudieran salvar los hombres
las acometidas del tiempo. El mono sapiens: tal que los crecidos dioses.
Tablillas, papiros y pergaminos aseguraban, de tan tenues, que las obras
humanas se mantendrían en la memoria, una vez resueltas en polvo aquellas obras
y sus personas creativas. El valor mágico de los dibujitos breves y
eternos; las grafías, digo.
viernes, 4 de abril de 2014
III, 45. Una extraña y brumosa costumbre
Para
Laura C. F., que desde Galicia
me
envió el texto de Cunqueiro
Antonio
García y Bellido, en cuya traducción de Estrabón —incluida en su España y los españoles hace dos mil años—
voy leyendo, comenta (nota 278) el
pasaje de la Geografía sobre la covada. Provenga de puerperio covare, ‘guardar cama tras el parto’, o de cova, ‘cueva’, que entre otras voces
parirá la francesa couver, ‘incubar’,
ya
sabemos que con covada se denomina
a la «curiosa costumbre» y «rara práctica» antigua de que fuera el padre, y no
la madre, quien cuidara al recién nacido en el lecho. Según García y Bellido,
tal uso perduró «hasta hace bien poco» (la primera edición de su libro data de
1945) por el septentrión peninsular, de Galicia a Aragón pasando por Cantabria,
así como en Baleares y Canarias.
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