sábado, 19 de julio de 2014

II, 11. Reflexiones en torno a un solo maniquete


Para José Ángel Sánchez Ibáñez,
a quien también le gusta casi todo del Casares

Ustedes dirán lo que quieran, pero maniquete no es una palabra para quien ignora su significado. Alguien va y lee esa sucesión de grafías, maniquete, o bien escucha la serie de fonemas [manikéte], que es como se pronuncian tales dibujitos, y ahí, todo lo más, hay un signo lingüístico escindido. Porque, vamos a ver, ¿qué quiere decir eso? Eso es una de las partes ininteligibles con que suelen contar los mensajes orales y, sobre todo, los escritos, de suyo más viejecitos. Para convertir eso, o sea, maniquete, en un signo, no queda más camino que consultar un diccionario. (Bueno, o preguntar en Facebook al primero que pase por allí, que es que los hay que se fían de cualquiera.)
Habitualmente usamos el diccionario como receptores que se las tienen con meros significantes (letras o sonidos), soportes físicos se supone que de significados, esos entes que, por abstractos, imponen una barbaridad. Un significante como maniquete, sin significado asociado, no es aún un signo. (No, tampoco una palabra.) Como receptores llenos de curiosidad, queremos saber qué significa, porque de lo contrario la comunicación queda como que le falta algo, oiga usted. Una voz que no se comprende resulta, ya digo, un signo lingüístico escindido. El receptor, ese personaje nada pasivo, supone que hallándose dentro de un mensaje, no sé, «Tenga la bondad de alcanzarme el otro maniquete, caballero, que ya he de partir», maniquete tiene que ser una palabra, como la o de, por ejemplo, porque a ver si no qué hace ahí el manileches ese. El emisor que pretende comprobar su hipótesis tiene que levantarse, desenfundar el diccionario y buscar por la letra M, que un libro así viene siendo muy ordenado.
La palabra hipotética maniquete queda verificada como tal palabra cuando el lexicón levanta acta de que esa serie de grafías va desde hace tiempo asociada al significado ‛mitón que cubre desde medio brazo hasta la mitad de los dedos’. Qué sea ahí mitón es nuevo problema, que atañe a la manera de construir el diccionario. No se lo van a dar hecho a usted todo de una vez, desengáñese: la vida y la lexicografía son más complicadas y complejas de lo que le han contado.
Consultar diccionarios es tarea, pues, de verificación de hipótesis generadas por el receptor. Y una operación que proporciona una evidencia más de que el receptor es sujeto activo, frente a lo que sugiere el esquema clásico de la semiología. Como que, cuando no vence la pereza de consultar un libro para descifrar otro completando todos sus significantes, el receptor no deja de escarbar en su imaginación o memoria para aventurar, conjeturar, formular hipótesis contextuales y de sentido sobre las palabras que le son desconocidas. Más seguro estuviera si fatigara diccionarios para averiguar o confirmar el significado de las voces, yendo desde la palabra a la idea —por emplear la terminología de Julio Casares— o, como se vino diciendo después de Saussure, desde el significante hasta el significado. Así es como funcionan los lexicones habitualmente, que para eso los bautizaron los técnicos como diccionarios semasiológicos: los que propician significados, sacándolos de la chistera de la historia del decir.
También sirven estos beneméritos utensilios para resolver dudas ortográficas: para reconstruir el significante. Se supone, en este caso, que quien realiza la consulta conoce ya el significado del signo. Y aún hay otro empleo posible de un diccionario, que puede aplicarse tanto a la didáctica de una lengua como al proceso de creación de mensajes. Natural que García Márquez quisiera conocer en persona a María Moliner, «alguien que sin saberlo había trabajado para mí durante muchos años» («La mujer que escribió un diccionario», El País, 10-2-1981). Porque los diccionarios —o por lo menos algunos— sirven asimismo para escribir.
Si le echan paciencia, iré contándolo en varios ratos muertos. Entre (y es palabra que no veo en el diccionario) piscinazo y piscinazo.


1 comentario:

  1. Why users still use to read news papers when in this technological world everything
    is available on net?

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