Íbamos diciendo que, para ampliar la memoria o las posibilidades que tiene de designar los objetos del mundo real y del imaginado, la lengua no puede sino hacer trampas. Estas son formales o conceptuales. A las primeras pertenece la movilidad acentual: una sola sustancia fónica, como /kantara/, puede designar tres fragmentos distintos, mediante el sencillo procedimiento de cambiar el acento de sitio: cántara, cantara, cantará.
Asimismo, es trampa formal la combinatoria que permite el orden de palabras: dependiendo de la posición que ocupen, dos o más palabras pueden referirse a objetos reales o imaginarios muy distintos: pobre hombre / hombre pobre; el chalet del jardín / el jardín del chalet.
A los que siguen emperrados en que una frase tiene —y siempre por ese orden— sujeto, verbo y predicado, habría que recordarles que el estilo, precisamente, es la confluencia entre la libertad del hablante y las siempre diversificadas posibilidades de la lengua; pero no nos quedemos en el axioma y analicemos los hechos o al menos una frase, que puede ser tantas:
1) Este año, el Atleti juega mejor sin Agüero
2) Sin Agüero, este año el Atleti juega mejor
3) Sin Agüero este año, el Atleti juega mejor
4) El Atleti sin Agüero juega mejor este año
5) El Atleti, sin Agüero, juega mejor este año
Ejercicios:
1) Añádanse las variantes que faltan.
2) Repárese en lo sustancialmente alejados que son los postulados de, por ejemplo, las frases 2 y 3.
3) Obsérvense los diferentes significados, o bien los distintos matices, a que conduce cada una de las posibles ordenaciones y modulaciones fono-sintácticas, que a su vez son maneras de ocupar, físicamente, el espacio y el tiempo.
4) Reflexiónese sobre el hecho de que, partiendo de la gramática, hemos dado, si no en la aritmética o quizá en la metafísica, desde luego en la geometría.
Es, más o menos, lo que ya sostuvo Jovellanos: la gramática es la ciencia esencial o madre de todas las otras.
Y pregunto yo ignorante, quién será el campeón de la Uefa Europa League este año: el Atlético o el Athletic.
ResponderEliminarComo la vida, el Atlético de Madrid es imprevisible: cualquiera sabe...
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