La literatura erótica o sexual es tan antigua como la propia literatura, que ya son años. A ella va dedicado el monográfico La tinta corriendo sobre el papel. Lecciones sobre letras sexuales y otras expresiones del gozar, que se acaba de publicar como número 32 de AnMal Electrónica, revista digital de filología de la Universidad de Málaga.
Son veintitrés trabajos preparados por otros tantos autores pertenecientes a instituciones españolas e italianas, y a universidades de España (Complutense, UNED, Rey Juan Carlos y Málaga), Estados Unidos (California-Davis y Miami), Italia (Salerno) y Francia (François Rabelais). Sus asuntos, muy diversos. En la primera parte del volumen, «Ejercicios multilingües y de la mirada», se prolongan desde la literatura latina (la elegía y el Pervigilium Veneris) a la inglesa (Memoirs of a Woman of Pleasure) y la italiana (Marinetti y el futurismo); de la imprenta del XVI (la filigrana de san Hilario) al penúltimo cine (las adaptaciones de Bigas Luna), pasando por la ambigüedad de la pintura clásica y el procedimiento de la écfrasis en la literatura francesa del XIX.
La segunda parte, «Con lengua propia», está dedicada a la literatura sexual española. Los trabajos sobre los orígenes de esta y el Siglo de Oro tratan de la transgresión femenina, el ingenio sexual, la poesía pastoril, la corte valenciana, Garcilaso, la novela del XVII y el Quijote, y las obras poéticas de Lope de Vega y del gongorino Enríquez Gómez. En cuanto a la época moderna y contemporánea, se revisan las publicaciones eróticas de los siglos XIX y XX, y se analizan los tratados de divulgación sexual de Amancio Peratoner, la homosexualidad y el lesbianismo en Álvaro Retana, el sexo perenne en la prosa de Francisco Umbral y los premios «La Sonrisa Vertical».
Tan amplio panorama de siglos y autores, temas y tratamientos, géneros y técnicas literarias pone de manifiesto que la literatura sexual española ha corrido —como las demás y como las otras expresiones artísticas del plural erotismo— en paralelo al tabú y la prohibición, al goce y el gozo, la hipocresía y la censura, al amor y el humor.
Hace apenas medio siglo, el academicismo, siempre tan lacio, seguía considerando indigna de ser estudiada esta materia, caliente y literaria, sobre la que otro conjunto de estudios acaba de nacer en las prensas frías de la edición electrónica. Que el curioso lector los disfrute.
O que la goce, curioso y libre como la filología.
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