jueves, 2 de agosto de 2012

III, 14. Demoaristocracias I

El secular caciquismo hispánico, tipo los Fabra, que extiende su carácter decimonónico hasta el siglo XXI, y las repúblicas socialistas o monárquicas no constituyen los únicos casos de ese tironcillo de lo familiar que experimentan las castas políticas del universo mundo. Sucede, sin embargo, que en las demoaristocracias algo tendrían que decir los votantes.
Está, en efecto, en la mano que mece el voto —antes de ser depositado civilmente en las urnas— ir cambiando algunas cosillas. Si no por la admirable moral republicana de George Washington, con su ilustrada desconfianza hacia los partidos y su liberal o generoso saber y querer retirarse a tiempo, al menos por el qué dirán.
Qué se diría, en efecto, de una República con sus trienios de experiencia en que el hijo sucede al padre en la Presidencia, con el intervalo de otro máximo mandatario al que luego hereda su proyecto de ex en la carrera electoral. Que es como un argumento de novela de saga, si no fuera porque se le pueden añadir nombres y fechas comprobables: hablo, claro, de George Bush I (1989-1993), de George Bush II (2001-2009), de Bill Clinton (1993-2001) y de la candidata Hillary Clinton, desde el 2009 secretaria de Estado. Un cuarto de siglo de la historia de un país y/o dos familias. No es que la realidad supere a la ficción, sino que esta suele ser imitada por aquella.
Había, además, abono para que germinara una tradición demoaristocrática en Estados Unidos, en torno por ejemplo a las familias Adams, Roosevelt y Kennedy. Después de John Adams I (1797-1801), también dirigió al país su vástago, John Adams II (1825-1829); Franklin Roosevelt (1933-1945) estaba casado con una sobrina de Theodore Roosevelt (1901-1909) y era primo lejano suyo; y los Kennedy, con su camelo de Camelot, se empeñaron en intentar la dinastía con —como en los cuentos folklóricos— tres hermanos: el mayor, John (1961-1963), el mediano, Robert, su fiscal general y en 1968 candidato a la Presidencia, y el pequeño, Edward, senador.
Los Romney son otra de las tantas familias demoaristocráticas de Estados Unidos. El padre, George, fue gobernador y el primer candidato a la Presidencia que publicó, en 1968, sus declaraciones de renta: como la mujer del césar, había que parecer honrado (e incluso honesto). Mitt Romney ha decidido, pero que él solito, no seguir esos pasos paternos. El tipo parece un listillo que se las da de listo, por lo que va diseminando declaraciones majaderas, estúpidas y supremacistas por todo el mundo.
No extrañará que lleve las de ganar.

4 comentarios:

  1. Y esto, Gaspar, sin tener en cuenta nuevas leyes en ciertos estados que demandan una tarjeta de identidad oficial, consagrada por El Estado, para poder votar (con el supuesto fin de evitar el no-existente "fraude"). Pero si por alguna razón sufres--debido a tus propios males y por no ser de la familia demoaristocrática Romney--de la pobreza, y te encuentras viviendo lejos de cierto despacho donde se ofrezcan gratis tales tarjetas, hay que buscar por tu propia cuenta forma de viajar al centro apropiado y pagar no sólo gastos sino un costo para la tarjeta. Qué curioso resulta, pues, que estas "leyes" recaen sobre: los pobres y las minorías, o sea, principalmente los Demócratas. Y en un estado--Pensilvania--existe la posibilidad de eliminar de la votación hasta un millón (sí, "millón) de votantes. Todo para intentar evitar que un presidente sin antecedentes "apropiados" (es decir, blancos y adinerados) pretenda quedar otros cuatro años en la Casa Blanca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada vez más se requieren ciudadanos responsables que controlen con sus votos y sus palabras la acción de los Grandes Hermanos. La Red se está revelando de lo más eficaz en esta rebelión ética. Un abrazo, Charles.

      Eliminar
  2. Ojalá mis términos "avecracia" y "rosacracia", usados en la novela Revelaciones, tengan fortuna y acaben siendo usados por la comunidad hispano hablante y con sendas entradas en un diccionario que merezca la pena. Un abrazo.

    ResponderEliminar