Siguen
desfilando directores de la Prensa más consolidada: que
por mayo será, el de El
País.
Menudo papel le espera al papel. Al resto virtual o electrónico, que no se
confundan noticias con ficciones. Ardua tarea, si no imposible. ¿Lo dudan?
Pasen y vean.
Canarias 7, 4-3-2014: «Imputados
dos mayores por poner marihuana en un bizcocho casero». Además lo consumieron (el
bizcocho) en un bar y con unos conocidos. Tres de los comensales resultaron
intoxicados, quizá no por exceso de azúcar, y fueron atendidos; pero no en un
ambulatorio, que es como se llamaban estos centros cuando los restauradores o
cocinillas ahora imputados de oficio, de 78 y 67 años de edad, nacieron, sino
en un «Punto de Atención Continuada». PAC. No se indica por ningún sitio de la
noticia que los promotores de un nombre así hayan sido también imputados.
Ponte a Prueba (Europa FM), 28-2-2014:
«Una mujer quiere casarse con su perro». Si la pintura ha forjado, a base de
siglos de práctica, un
tópico sobre este asunto, no menos cierto es que la capacidad humana para
explorar los vericuetos del Código Civil resulta infinita.
La Voz de Galicia, 7-3-2014: «La RAE expresa su
“inquietud” a RTVE por que la canción española para Eurovisión sea en inglés». El
curioso texto es fuente de informaciones no menos útiles que numerosas: 1) a la
Real Academia Española siguen poniéndole el falso apósito de la Lengua; 2) a los académicos, tan indulgentes y modernos últimamente,
les ha dado un ataque en el Pleno (o en pleno, no sé) de puntillosa corrección
decimonónica: el prurito; 3) Eurovisión sigue
existiendo.
La
cantatriz que para tal evento ha elegido el pueblo soberano y dedicado al
designio histórico de hacer país, explica el ambidestrismo lingüístico de su
cantar. Y lo hace —vox populi, vox Dei—
la mar de bien:
Quiero que Europa nos
entienda y que sepan que la juventud española está tan preparada para salir
fuera y para ser competentes y número uno como todos los que están en las
potencias europeas.
Adorable síntesis de
todas las ingenuas e inertes doctrinas del humo marquetinero. Ya sólo falta que
la cantatriz explique su peculiar desenvoltura al manejarse con la concordancia
sintáctica en este chascarrillo, hasta ahora hubiera jurado que digno de El Mundo Today. Si no —será por
tiempo—, aténgase a una próxima, amable y preocupada misiva de la Real Academia
Española.
De la Lengua, of course.
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