Lo ha dejado escrito Esperanza Aguirre, ese personaje que inventaron el Wyoming
—por aquel entonces grande— y sus inteligentes bufones de Caiga quien caiga. La parrafada de Aguirre reza «Ha
llegado la hora» (Abc, 9-9-2013):
A veces he pensado que Lenin, el
inventor de la diabólica estructura de los partidos comunistas en los que todo
se supedita a la voluntad del líder bajo la falacia del centralismo
democrático, se quedaría asombrado al ver cómo su estructura ha sido copiada
por los partidos democráticos españoles. Con el sistema electoral español y sus
listas cerradas y bloqueadas, los partidos políticos españoles, aun sin
quererlo, han acabado por funcionar de manera que la opinión de los militantes no tiene ni siquiera cauces para
ser conocida por los dirigentes.
Tras la aplicada redacción de Aguirre o La cólera de Dios, Mr. Google arroja las reacciones de Cien
mil hijos de san Luis estupefactos: «Aguirre compara el comunismo
leninista con los partidos democráticos españoles, lo que incluye al Partido
Popular», sintetiza con su aquel de sorpresa el resumidor de El
Huffington Post.
Por mi parte, constato que la Casta va notando en
su cogote el aliento de las encuestas. Hecho un escéptico, lo constato sin la esperanza
de que la Casta vaya más allá del engaño a sus primerizos militantes con las
primarias de cartón-piedra al
estilo PSOE. Que lo que se lleva aquí no es el control democrático, sino el
plebiscito, según se pide El
Señor de la Montaña, orfebre de cadena independentista, a exponer el
próximo 11-S, cuando dejará a los eslabonados participantes bien amarrados.
Pero, escéptico y todo, uno tiene su corazoncito. Y Aguirre lo habría pensado a veces en sus momentos de sosegada reflexión, pero lo del leninismo de nuestra Casta ya estaba diagnosticado en «Funcionario
del Partido».
Hace siete meses, o sea, en estas mismas Literaventuras.
¿No será la Aguirre seguidora, que no perseguidora, de tus Literaventuras?
ResponderEliminarFíjate que no me figuro a esta señora leyendo. Más bien, haciéndose la indignada, se presenta como que ella no dirige un partido.
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