Ahora que por fuerza vírica
o mayor nos dedicamos en cuerpo no presente a la docencia en línea —esa delgada línea roja
de filosofía de trinchera—, no estará de más allegar materiales para ella. Sean
aquí los procedentes de unas literaventuras que pretenden combinar
ironía, desenfado y precisión. Síntesis conceptista o hija de la magnífica
teorización dispuesta por Gracián en esa Agudeza y arte de ingenio (1648)
más vanguardista, sin duda, que la academia decimonónica y su herencia y
gerencia de envaramiento, falso positivismo y alergia a la vida. Camina así el lenguaje
del blog, en tanto instrumento didáctico, hacia la abolición del academicismo.
Ese lastre para el desarrollo de las Humanidades.
I. Preliminares
II,
10. El cementerio de texto (8-10-2013). Autoevaluación de filología
aplicada para aprender a fijar la atención en los detalles de cualquier texto:
primer paso del intérprete.
VII,
6. Español en Red (28-2-2013). «Los
soportes digitales constituyen por ahora la última fase de la historia de la
difusión textual». Se apunta a una e-historia de la literatura
española con esta serie hipervinculada de bibliografías, «aceleradores de la
producción de conocimiento».
II. La tierra de los Tiempos
Medios
VII,
15. La barba del Cid
(13-10-2018).
«Mola desconfiar, sí, de las
ediciones anotadas y sus respuestas nunca definitivas, a cambio de que la nueva
lectura que se proponga sea literal: ajustada al texto interpretado».
VII,
5. La fazienda de ultramar y la
«edición social» (5-8-2012). La «edición
digital» preparada por David Arbesú de ese texto del siglo XIII, pretende «que
el editor no tenga la última palabra», pues «se espera que aquellos interesados
puedan realizar cuantas aportaciones, correcciones y sugerencias crean
necesarias», aprovechando que «las nuevas tecnologías permiten un grado de interacción entre académicos
sin precedentes».
III. Inteligencia Artificial Gongorina (IAG)
IX, 48.
IAG 1.0 (8-7-2018). «La lectura
de Góngora ofrece una experiencia extraordinaria: […] alcanzar el goce estético
tras resolver una serie compleja de problemas. La poesía poniendo en
jaque todas las facultades intelectivas, más allá de la cardíaca o romántica». Sea el pasaje de Soledades, I, 62-83.
IX, 49. IAG
1.1 (30-7-2018). «Al leer un
texto esperamos no sólo que nos dé la razón, sino encima que lo haga del modo
en que lo queremos. Ya saben: sujeto, verbo, predicado. Esa simplicidad»
nada «acorde con la complejidad del mundo». Para abordar esta última, la IAG
propone una «neolengua que coctelea a la madre latina con la hija española».
IX, 50.
IAG 1.1.1 (1-8-2018). Con «Góngora
manda la métrica música perfectamente medida, domeñadora de la sintaxis y
señora de la semántica. Aunque es el caso que sus poemas exigen VAR a cada
instante, tal que la vida misma, o relectura continua».
IX, 51.
IAG 1.2 (8-8-2018). «Cuando
prosifican el poema de Góngora, sus comentaristas pretenden aclararlo: vierten
entonces su música coral y poliédrica en modestas y pálidas líneas de sintaxis
simple».
IV. Tiempos modernos
IX,
34. Enamorar a lomos de caballo (4-1-2017). Un motivo que «galopa por muchos textos y puede seguirse y
apreciarse en tres calas narrativas del siglo XIX». La primera, Pepita
Jiménez (1874), de Juan Valera.
IX,
35. Luis de Vargas, «desempedrando las calles» (16-1-2017). «Un hombre con su caballo sabe mucho y puede mucho para poder estrujar a
una muchacha metida en un desierto» (Lorca).
IX,
36. Álvaro Mesía, «admirado, tal vez amado» (21-1-2017). «El esquemático conflicto interno de Luis de Vargas que soportaba el raudo andamiaje de Pepita
Jiménez, se vuelve todo complejidad, magnífica complejidad en La Regenta
(Barcelona, Arte y Letras, 1884-1885) de Clarín».
IX, 37.
Pie a tierra (1-2-2017). Las entradas IX, 34-36 y 38 revisan y amplían mi
artículo «Enamorar a lomos de caballo», Delibros,
VII, 68 (1994), pp. 51-52. Por su parte, IX, 37 y 39 son adiciones a ese
trabajo inicial.
IX,
38. «No vaya a tirarle al suelo», Frasquito (18-2-2017). El motivo de la caballería
enamorante en Galdós, Misericordia (1897).
IX,
39. Veinticinco años de caballería enamorante (19-3-2017). Conclusión que
incorpora comentarios de los lectores de esta miniserie.
V. Contemporanización
del pasado: viajes en el tiempo
IX,
32. Gracián relee a Ramón (1) (8-9-2015). «Esta correspondencia de Gracián releyendo a Ramón, fundiendo
temporalidades o saltando contextos, es, por hablar con propiedad, la Historia
de la literatura».
IX,
33. Gracián relee a Ramón (2) (11-9-2015). La teoría de
Gracián predice las greguerías de Ramón. Quizá porque las había leído antes que nosotros.
Y, de pronto, una mente especialmente aguda
consigue el «prodigio» «del sutilizar». Muy pocas veces, por supuesto,
sucede: cuando «un grande ingenio va más allá de exprimir
correspondencias». Góngora, sí. Eclosión del universo. O Ramón. A
esos espectaculares momentos de big bang de la
inteligencia —conexión de memoria activa y percepción despierta— deberían
dedicarse los más finos ensayos de laboratorio de las clases de literatura. Si
no fuera por el programa.
VII,
13. El estilo como ocupación de espacio (20-1-2018). Al manuscrito ahora digitalizado de Cien
años de soledad se le aplica la hipótesis de que «estilo es la forma de ocupar un espacio
virgen» con «el idioma, la imaginación y la memoria».
VII,
14. «Et in Arcadia ego» (1-2-2018). García Márquez componiendo pasajes de Cien
años de soledad con la pluma de fray Luis de León.
VII,
12. Góngora si ya no lejano tampoco solo (5-1-2015). Como el «sunami gongorino lleva cuatro siglos
alterando la literatura escrita en español», Góngora dicta rimas sonoras a los poetas actuales.
Quienes saben, como filólogos que son casi todos,
que «La máxima exigencia de leer consiste en no tener prisa. No hay mandato
moral gongorino más esencial. Leer despacio es aprender a vivir».
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